lunes, 28 de febrero de 2011

Rebeca

Fantasma. Imagen o idea irreal, creada por la imaginación, especialmente la que atormenta.




Rebeca

  •  Título original: Rebecca
  • Autor: Daphne du Maurier
  • Año: 1938
Mi madre me recomendó este libro hará unos años, y tomé la inteligente decisión de aceptar la sugerencia y leerlo. ¡Cuánto me he alegrado de ello!

Daphne du Maurier comenzó a escribir 'Rebeca' el verano de 1937. Este libro narra cómo una joven dama de compañía sigue a su señora hasta Monte Carlo, Francia. Es allí donde conoce a Maxim de Winter, un hombre rico y atractivo, enviudado hace un año, y que inmediatamente llama su atención. 
Tras un breve y no demasiado intenso romance, Maxim le propone matrimonio, y ambos de marchan a vivir a la gran hacienda de Manderley. Pero una vez allí, la nueva esposa de Maxim descubre que el fantasma de la antigua señora de Winter, Rebeca, está presente en toda la casa. Su muerte (por hundimiento de su balandro en alta mar) pesa como una losa sobre Maxim, se aferra a los recuerdos de la servidumbre - sobre todo en la señora Danvers, ama de llaves y fiel criada de Rebeca, que hace todo lo posible por recordarle a la 'intrusa' que no pertenece allí.
Sin embargo, en Manderley nada es lo que parece, y la nueva señora de Winter no tardará en descorrer el velo que oculta la desoladora verdad sobre Rebeca.

 "Anoche soñé que había vuelto a Manderley."
"Una cosa es segura: ya no podremos volver allí. El pasado queda aún demasiado cerca. Todo lo que hemos procurado olvidar se removería de nuevo, y aquella sensación de mioedp, de inquietud furtiva [...] podría volver a la vida, para perseguirnos como antes". 

Escrito en primera persona, uno de los detalles más interesantes del libro es que nunca llegamos a conocer el nombre del personaje principal, no se menciona. Sin embargo, la autora logra ponernos en el lugar de la tímida e ingenua segunda esposa de Max de Winter, cuya evolución psicológica se concentra al final del libro: es entonces cuando saca a flote su carácter y fuerza para apoyar al hombre que ama.
Max es también un personaje bien definido, con frecuentes cambios de humor, no excesivamnte cariñoso ni azucarado. Da la sensación de estar siempore aquejado por mútiples preocupaciones. Supera en edad a su nueva mujer; hacia el final también se nos da una imagen suya cansada, derrotada. Es un hombre un poco difícil de tratar.
El tercer personaje más importante es la señora Danvers. Con una intensa obsesión por el recuerdo de su anterior señora, también tiene una marcada personalidad, seria y fría hasta el extremo. Sólo tiene buenas palabras para su difunta ama, y parece disfrutar martirizando a la pobre protagonista. Su última acción en el libro es una demostración más de la fijación que tiene por el pasado glorioso de Manderley en manos de Rebeca.
Junto con el lascivo señor Jack Favell, la franca Beatrice, el fiel Frank y el omnipresente fantasma de Rebeca, quien era de todo menos lo que aparentaba, conforman el elenco de personajes de esta novela de suspense.

Fotograma de la película, con la protagonista de nombre desconocido (izquierda, interpretada por  Joan Fontaine) y la intrigante señora Danvers (derecha,  Judith Anderson).


La novela fue llevada al cine por Alfred Hitchcock en 1940 (dos años tras su publicación), quien adaptó otras obras de du Maurier (Los Pájaros, 1963; La posada de Jamaica, 1939). Una adaptación magistralmente fiel a la novela que consigue transmitir toda la intensidad del drama que tiene lugar a lo largo de las páginas. Hay que señalar un cambio significativo en la película con respecto al libro, más concretamente referido a la muerte de Rebeca. No puedo decir más sin destrozar el final a todos los que no lo hayan leído aún, así que sólo dejaré caer que en el largometraje se suavizan las circunstancias de la muerte de Rebeca de Winter en relación a las del libro. 

  • Lo mejor: la forma en que Rebeca se hace presente en la atmósfera de Manderley durante todo el desarrollo de la trama; la psicología de los personajes, bien definidos y lejos de ser planos, las relaciones que establecen entre ellos son realistas y están bien detalladas; los capítulos finales, con sus revelaciones y últimos acontecimientos, merecen mención especial; las sensaciones de la vida cotidiana - comidas, costumbres - de Manderley están muy conseguidas; los personajes secundarios (Ben, Frank, Jack Favell) tienen la dosis perfecta de presencia y aportan gran realismo.
  • Lo peor: si tuviera que señalar algún aspecto negativo del libro, sería que si el lector no logra sentirse identificado con el personaje principal, entender sus sentimientos y demás, corre el riesgo de pensar que sólo se trata de 'una niña tonta'. 
En definitiva, nadie debería perder la oportunidad de caer en las redes de esta historia dramática y que te deja en vilo hasta el mismo final. Altamente recomendable, junto a la adaptación de Hitchcock, que es sencillamente impresionante.

martes, 15 de febrero de 2011

El moderno Prometeo

Vida. Fuerza o actividad interna sustancial mediante la cual obra el ser que la posee.

 

Frankenstein o El moderno Prometeo
  •  Título original: Frankenstein, or The Modern Prometheus
  • Autor: Mary W. Shelley 
  • Año: 1818 
Esta vez voy a dedicarme a una de las obras más consagradas de la literatura de todos los tiempos: Frankenstein, también llamado 'El Moderno Prometeo'. Pero, ¿por qué Prometeo?
Prometeo, en la mitología griega, es el titán amigo de los mortales. Urdió numerosos engaños a Zeus, Hefesto y otros dioses, robándoles sus artes y dándoselas a los humanos - el ejemplo más representativo, el fuego. Por esto es considerado el protector de la civilización, y también un símbolo de la osadía de los hombres por hacer o poseer lo que es dado a los dioses. Ésta última simbología del mito de Prometeo ha servido de inspiración a músicos tales como Liszt, Scriabin o Beethoven, infinidad de retratos, pinturas y esculturas, y poetas y escritores del calibre de Lord Byron, Goethe, nuestro Calderón de la Barca, Percy B. Shelley y su mujer, Mary Shelley, en quien se centra esta entrada.

Mary W. Shelley publicó Frankenstein, su primera novela, con 20 años, en 1818, el mismo año en que Jane Austen publicaba La abadía de Northanger, novela en la que ridiculizaba el género gótico, género al que pertenecía Frankenstein, y que se encontraba en decadencia. 


 Mary W. Shelley
La obra de Mary Shelley estuvo enormemente influida por sus desventuras personales. Esto es claramente visible en Frankenstein, que en esencia es la historia de un 'hijo' rechazado por su 'padre'. 
Fue en un verano lluvioso de 1816 cuando Mary empezó a concebir Frankenstein. Acompañada por Percy y su hermanastra Jane, se reunió con Lord Byron y William Polidori, pasando largas veladas debatiendo las teorías de Erasmus Darwin, Luigi Galvani y obras latinas y griegas, lo sobrenatural o el romanticismo. Fue Lord Byron el que sugirió que cada uno de los presentes escribiera un 'cuento de fantasmas'. Mary fue la única que cumplió el cometido con Frankenstein, junto con Polidori y su relato The Vampyre.

En algún momento de finales del s. XVIII el joven Victor Frankenstein concibió la posibilidad de crear un ser humano de forma artificial y dotarlo de vida. Por mucho que sus amigos intentaron disuadirlo, nada pudieron hacer para impedir que creara a su 'Adán'. Sin embargo, la criatura que logró componer a partir de miembros separados de cuerpos exhumados de cementerios y hospitales, cuyos rasgos seleccionó por su hermosura, resultó monstruosa en el momento de su animación. Objeto de repugnancia y decepción para su creador, la criatura, que al principio de su existencia mostró bondad, necesidad de afecto y sed de conocimiento, pronto se da cuenta del rechazo que le prodigan todos los que le rodean. 'Donde quiera que mire, veo la felicidad de la cual sólo yoestoy irrevocablemente excluido'. Así, tras ser consciente de todas las desgracias que causó su arrogancia en un intento de ser Dios, inicia una búsqueda para arrebatar a su criatura la vida que él mismo le dio.

"Ningún mortal podría soportar el horror que inspiraba aquel rostro. Ni una momia reanimada podría ser tan espantosa como aquel engendro. Lo había observado cuando aún estaba incompleto, y ya entonces era repugnante; pero cuando sus músculos y articulaciones tuvieron movimiento, se convirtió en algo que ni siquiera Dante hubiera podido concebir." 


  •  Lo mejor: la sensación de terror que inunda las páginas cuando el joven Frankenstein asume las espantosas consecuencias de su presunción; la evolución psicológica del monstruo de Frankenstein, cuya naturaleza bondadosa echan a perder las miserias de las que le hace objeto el mundo; la reflexión sobre la vida, el conocimiento y su uso, los límites de la individualidad. 
  • Lo peor: cuesta encontrarle algún defecto al libro; su estilo un poco retórico puede no gustarle a todo el mundo, pero se trata de principios del XIX, nada menos.
 En definitiva, cualquier lector que se precie debería leer esta novela al menos una vez, aunque seguramente tras esta primera habrá una segunda. Esta obra explora como pocas grandes dilemas del hombre, la vida, la responsabilidad por los actos cometidos, la incomprensión y el mal uso de los conocimientos adquiridos, temas aún vigentes, sobre todo hoy en día con la revolución tecnológica y científica que estamos experimentando. ¿Cuál es el límite, si es que existe? 

P.S.: Recomiendo encarecidamente la película Frankenstein de Mary Shelley, con Kenneth Brannagh, Helena Bonham-Carter y Robert de Niro en el magnífico reparto. Una adaptación magistral de la novela. 

lunes, 7 de febrero de 2011

El Diario de Suzanne

 Diario. Relación en orden cronológico de lo que ha ido sucediendo, día a día.


El diario de Suzanne
  • Título original: Suzanne's Diary for Nicholas 
  • Autor: James Patterson
  • Año: 2001 

"A quienes han amado, han perdido a sus seres queridos y han vuelto a amar."

Leí este libro un par de veces el verano pasado. Me gusta hacer dos lecturas - más o menos seguidas - del mismo libro: una completamente de nuevas, con avidez, queriendo saber ya cómo acaba todo, imaginando las escenas en mi mente como si fuese una película que pasa por mi cabeza; otra, despacio, hojeando los momentos que son claves y los que, de primeras, no lo parecían. Repasándolo. No dejando ningún cabo suelto, conectando los hilos hasta tener bien formada la trama. Después de todo, el libro que merece la pena es aquel que puedes - y debes - releer.

No recordaba haberlo visto nunca hasta aquel día, cuando lo descubrí y lo saqué del estante en el que cogía polvo, olvidado. Ni siquiera mis mismos abuelos, en cuya casa lo encontré, supieron decirme de dónde lo sacaron. La verdad es que fue un acierto rescatarlo, porque me llevé algunos buenos ratos con él.

Lo primero que hay que decir sobre este libro es que se trata de un libro de amor. Amor, entendido de muchas formas distintas; no sólo el amor de pareja, sino también el amor familiar, de padres a hijos. Amor al hogar. Está narrado de dos formas distintas, porque son dos personajes distintos los que lo narran: Katie y Suzanne.
Katie es una editora neoyorquina, que cuando cree haber encontrado el amor de su vida, ve cómo éste la abandona sin previo aviso ni explicación alguna. Un día recibe un extraño paquete, siendo el remitente Matt, el que había sido su pareja esos últimos once meses. Se trata del diario de Suzanne, dirigido a su hijo, Nicholas.

"Querido Nicholas:
   Durante muchos años me pregunté si algún día sería madre.
   En aquella época pensaba que sería una idea maravillosa y muy acertada hacer una cinta de vídeo para mis hijos en la que podría contarles quién era, lo que pensaba, cuánto los quería [...].
   Yo hubiera apreciado muchísio estas cintas si mis padres las hubieran grabado cada año y me hubieran confiado quiénes eran, lo que sentían por mí [...] Al final, resulta que ni siquiera sé quiénes son y eso es un poco triste. Quiero hacer algo por tí, cariño. Quiero escribir un diario, éste, y prometo escribir con asiduidad. Esto es sólo para tí, Nick."

Katie comenzará a descubrir muchas cosas sobre el pasado de su ex, Matt, y sobre todo de Suzanne, cuya historia enternecerá a Katie y la hará replantearse lo que espera del futuro.

En mi opinión, creo que se puede aprender bastante del diario de Suzanne; contiene lecciones de valores valiosas, como la de las cinco pelotas (La vida consiste en hacer malabarismos con cinco pelotas: el trabajo, la familia, los amigos, la salud, la integridad), y cercana a su emotivo final (tranquilos, no voy a destriparos el libro), la de saber superar las adversidades y volver a empezar. Creo que entre este parrafillo y la dedicatoria que escribió el autor (después del año, al principio de la reseña) os imagináis por dónde van los tiros... 

He empezado con El Diario de Suzanne, como ya he dicho, porque contiene conceptos válidos para casi cualquiera que lo lea. No es un libro de culto ni un gran clásico, pero está un poco infravalorado. Su estilo, en toda su sencillez, consigue transmitir con fuerza sentimientos y emociones, y los personajes distan mucho de ser planos, sobre todo las dos protagonistas. 

  • Lo mejor: está llena de contrastes, felicidad y amargura, gozo y tristeza; las experiencias (vividas muchas por el propio autor); el estilo sencillo, refrescante y sin pretensiones.
  • Lo peor: en ocasiones toma un tinte demasiado dulce, un poco pensado para mujeres, la verdad; no hay acción física, tan sólo psicológica (lo cual puede ser bueno o malo, según la persona).
Merece una oportunidad, a mi parecer. Me sentiré plenamente satisfecha con hacer que os pique la curiosidad, aunque sólo sea un poquitín.

Entrada dedicada a todas las chicas del café (creo a varias os puede interesar bastante).


viernes, 4 de febrero de 2011

Libro.


Libro. (del latín liber, libri). Conjunto de muchas hojas de papel, vitela, etc., ordinariamente impresas, que se han cosido o encuadernado juntas con cubierta de papel, cartón, pergamino u otra piel, y que forman un volumen.


El otro día estaba hablando con un amigo, quien en un momento de la conversación sacó su iPad - ese aparato electrónico de Apple que todo lo puede - y me enseñó una de sus aplicaciones. Era un lector de eBook."Fíjate, ahora puedo llevarme mis libros adonde quiera". La verdad es que era un punto, eso de tener varios cientos de volúmenes en el bolsillo y accesibles tan sólo accionando la pantalla táctil con una mano. Se veía bien, no mareaba y aquello de pasar las páginas arrastrando la yema del dedo por la esquinita de la página se hacía entretenido, pero... ni por esas lo cambiaba yo por un libro de verdad.

Libro. Hasta escribirlo, hasta decirlo en voz alta suena bonito. Libro. Proporcionando placer desde mucho antes de que nuestro amigo Johannes Gutenberg, proclamado el padre de la imprenta moderna, inventara el método de impresión de caracteres móviles ayudado por un punzón metálico y un servicial molde de fundición, revolucionando así la cultura para siempre, allá por el año 1440. (Existen numerosas controversias acerca de la atribución de este mérito a otras figuras de la época, pero prefiero no entrar ahí.)

¿Cuántas sensaciones se pueden equiparar a las que se experimentan cuando, ya habiéndote detenido a observar la portada, imaginándote todo lo que podrías descubrir en su interior,  separas la cubierta de la primera página de un libro? Te invita coquetamente a sacarlo de su estante y aspirar el olor a tinta y a papel que asciende desde cada hoja. Huele a historia, a filosofía, a ciencia, a ingenio, a invención. Cada letra impresa tiene su relieve sobre la página, que también está lejos de ser plana, con sus pequeños poros y grietas. Sabes que detrás de cada esquina te aguarda un romance inesperado, una hazaña heroica o una gran tragedia; y sabes también que una vez que lo empieces te atrapará y no te soltará. No ya hasta que lo termines, sino hasta mucho después, porque recordarás tu fragmento favorito durante largo tiempo.

Haré por compartir mis obras favoritas con todos los que se pasen por aquí; todos los comentarios y aportes son bienvenidos. Dedico este blog a todos los amantes de los libros, no sólo de leerlos, sino también de escribirlos. A Mariló, porque su blog me ha animado a crear el mío; a los amigos, cerca o lejos; y a mis profesores, desde que era pequeña hasta hoy mismo, en especial mi actual profesora de Lengua y Literatura, que sabe transmitir a sus alumnos su gran pasión por la lectura.