martes, 12 de julio de 2011

Nostalgia

Hola, amigos de la blogosfera.


He estado ausente mucho tiempo, lo sé, pero se me ha juntado el estrés de final de curso con la necesidad de desconexión al comenzar el verano. Una vez satisfecha esta necesidad (nunca del todo, ¿cuándo deja uno de necesitar relax?) me apetece retomar mi blog, más escribiendo para mí que otra cosa, con un descubrimiento literario que he hecho recientemente.


Nostalgia. Sentimiento de tristeza o pena que causa el estar lejos de la patria o de las personas y lugares queridos, recordar personas o cosas del pasado, el recuerdo de algún bien perdido.


Balada del Pacífico Sur
  •  Título original: Balada del Pacífico Sur
  • Autor: Carlos Poveda
  • Año: 2010 
El libro, ganador del concurso de novela realizado por Círculo de Lectores, se presenta como la aventura de Nikki, quien antes de convertirse en la glamurosa cantante de Jazz que es ahora, fue una niña cuyo todo su mundo estaba en un puñado de islas del Pacífico. Allí aprendió a navegar, a cantar y participó en una doble historia de amor en una corte corroída por la ambición. O al menos eso es lo que nos dice su sinopsis, con la cual -todo hay que decirlo- no estoy demasiado de acuerdo.


"Al atardecer se sentaban los tres en la terraza a esperar esa hora mágica en que el sol rompía la línea del horizonte, envolviendo mar y cielo de nubes [...]
Nikki sabía que ninguno de los tres era completamente dichoso, que había un poso inconfesable de desasosiego provocado por la nostalgia que destilaban las baladas [...] pero durante aquellos deliciosos minutos del crepúsculo el mundo parecía estar en armonía..." 


Este fragmento de la novela es muy elocuente por sí solo. Todo en Balada del Pacífico Sur transpira nostalgia. "No es una nostalgia amarga, sino una dulce melancolía, [...]. La nostalgia no siempre es triste, aunque en ella siempre hay una punzada de dolor, porque supone evocar algo que ya no se posee: sin pérdida no hay nostalgia.", en boca del propio Carlos Poveda en su blog, Bitácora del Pacífico Sur.


Nostalgia es, yo diría, la clave de toda la novela. El jazz y el mar, a su vez, más que dos elementos decorativos, son en sí personajes completos que interactuán con los de carne y hueso, cambiándolos para siempre. Las Islas donde transcurre la historia se nos aparecen como imágenes del paraíso perdido, tierras exóticas aisladas del bullicioso mundo occidental de mediados del siglo XX, que no obstante se las apaña para llegar hasta ellas. En gran medida, la influencia del exterior en las Islas determina la 'pérdida de inocencia' que sufren todos en ellas. 
 

Uno de los motivos por los que estoy en desacuerdo con la sinopsis y con la mayoría de reseñas y reclamos publicitarios de la novela es la atribución de todo el protagonismo a Nikki y también a Tami, su amigo de la infancia, primer amor, y apoyo omnipresente a lo largo de la trama. Es cierto que la historia se cuenta en referencia a la heroína -título con el que es imposible no galardonarla-, pero pienso sinceramente que no todo se centra tanto en ambos, sino que más bien son narradores involuntarios de su propia historia y de la de los demás. Porque los llamados personajes 'secundarios' son tan cercanos a los principales que cuesta distinguirlos. Todos están lejos de ser planos y se nos presentan con una fuerza increíble conforme se desarrollan los hechos. 




Debo decir que el libro me sorprendió gratamente, tras una compra más por azar que por otra cosa, dicho sea con todo respeto. Al releerlo tras un corto espacio de tiempo tras la primera lectura he encontrado mucho más de lo que se ve a primera vista. Siempre es aconsejable un segundo vistazo a un libro, pero este se hace más recomendable, hasta necesario, según cada obra, y creo que en este caso es casi obligado para una comprensión profunda de cuanto sucede en las Islas y las vidas de los que las habitan. 


Los personajes son muy humanos, tienen defectos, cometen errores, ríen y lloran, y es fácil identificarse con casi todos ellos en algún momento de la historia. Hay varios momentos en los que los acontecimientos dan un giro muy importante y serpentean, arrastran, precipitan los desenlaces de las tragedias personales de cada uno. Se puede respirar el aire húmedo y salado de las noches en las orillas del océano turquesa y sentir el ambiente cálido y cargado de los clubs donde Frank Sinatra y su Rat Pack hacen del jazz el aderezo perfecto para una novela que, ambiciosa, lo tiene todo para atrapar al lector y hacerse inolvidable. 

  • Lo mejor: descubrir la existencia de un mundo tan distinto al nuestro, el de los archipiélagos Pacíficos; la sensación de nostalgia que inevitablemente nos hace desear sumergirnos en sus páginas; el aire retro que traspasa el papel; los distintos ambientes que presenta, desde el paraíso isleño hasta la Gran Manzana y los locales de jazz más concurridos.
  • Lo peor: las relaciones de parentesco y liderazgo dentro de las Islas se hacen confusas de vez en cuando; si no estás familiarizado con los barcos o la navegación (como es mi caso) algunos pasajes pueden hacerse tediosos, pero son una parte mínima del relato y no afecta demasaido a la lectura general; algunos pasajes son similares unos a otros, sobre todo los que hacen de intermedio entre partes relevantes de la historia.
Qué decir, se nota que este libro me ha encantado, sobre todo y como ya he dicho, por la nostalgia que contagia. A lo mejor a otros no les parecerá un libro tan completo, o alegarán que dista de perfección formal, debido a la inexperiencia del autor, pero yo pienso que es una lectura acertada para los que disfrutan de paisajes exóticos, imágenes del paraíso, románticos y nostálgicos -incluso por cosas que no han conocido- y a quienes les gustan las historias complejas y profundas, llenas de emotividad y sentimiento.

Nos vemos en la próxima entrada - la habrá, pero cuándo lo decidirán mi pereza, el tiempo que mide el reloj y el que hace al sol brillar sobre el mar.